Sonreír, un bonito gesto y que no cuesta nada, desencadena una serie de reacciones muy positivas en nuestro organismo y en nuestra vida.
Entre otros:
Bienestar y felicidad. Cuando sonreímos, nuestro organismo libera endorfinas, serotonina y dopamina, creando así una sensación de bienestar y reduciendo la producción de cortisol, que es la hormona del estrés. Esta maravillosa cascada de sustancias químicas se entrelaza para crear un ciclo de felicidad que se retro-alimenta.
Contagiar alegría. La sonrisa tiene el poder de ser contagiosa. Las neuronas espejo en nuestro cerebro nos impulsan a imitar las expresiones y conductas a nuestro alrededor. Por eso, si sonreímos contagiamos ese geste a nuestro alrededor, generando el bienestar y la felicidad que comentábamos antes.
Corazón más sano. Al sonreír, nuestra frecuencia cardíaca disminuye, nuestros músculos se relajan y la presión arterial se reduce, lo que puede ayudar a prevenir enfermedades coronarias.
Mejora del sistema inmunológico. Las sonrisas fortalecen el sistema inmunológico y aumentan la resistencia al dolor, gracias a la liberación de moléculas y hormonas relacionadas con estas funciones. De hecho, se ha demostrado que sonreir impacta positivamente en nuestro umbral de tolerancia al dolor.
Aumenta la esperanza de vida. Sonreír podría aumentar tu esperanza de vida. Distintos estudios apuntan que las personas que sonríen con regularidad viven entre 4 y 6 años más que aquellos que no lo hacen.
Por todo ello, sonríe, sonríe todo lo que puedas. Nosotros podemos ayudarte a que tu sonrisa sea más sana y más bonita.