El calcio es un mineral esencial para la salud de nuestro organismo. Se almacena en grandes proporciones en los huesos y dientes, por lo que es considerado un nutriente fundamental.
Diversos estudios científicos determinan que para el correcto crecimiento y desarrollo de los huesos y de las piezas dentales, así como para su saludable mantenimiento y para la prevención de distintas enfermedades, la cantidad de ingesta diaria de calcio debe estar en torno a los 1000 mg.
¿Qué enfermedades están relacionadas con un bajo consumo de calcio?
Osteoporosis, periodoncia, pérdida de piezas dentales o calambres musculares son algunas de las enfermedades o problemas de salud que se relacionan con el bajo consumo de calcio. En el caso de huesos y dientes, como ya se ha comentado, porque contienen una alta concentración de calcio por lo que para su desarrollo y mantenimiento se requieren unos aportes mínimos de calcio diarios. Pero el calcio no solo se encuentra almacenado en las estructuras óseas de nuestro organismo, también está presente en las células, cumpliendo un rol clave en la transmisión del impulso nervioso que tiene que ver con la contracción y relajación de la musculatura. Por ello, cuando no existen las proporciones necesarias de calcio en las células, se ve afectada la contracción y relajación de los músculos, produciéndose distintos problemas musculares, desde fatiga hasta molestos calambres.
¿Cómo ingerir la cantidad necesaria de calcio?
Una de las principales fuentes de calcio son los alimentos lácteos: por ejemplo la leche, el yogur o los quesos. Para las personas que no consumen lácteos, también se encuentra calcio en los pescados azules y en el marisco, en las legumbres, en los frutos secos, y en algunas algas.
Para absorber el calcio que ingerimos con los alimentos, se requiere vitamina D. Se trata de una vitamina que se sintetiza a través de la piel y solo una pequeña parte proviene de la dieta. Por eso, la exposición solar es una de las principales fuentes de Vitamina D para nuestro organismo.
Ya lo sabes, si quieres tener una boca sana, el calcio no debe faltar en tu dieta diaria.
Productos lácteos, pescado azul, legumbres y frutos secos serán tus mejores aliados, siempre que pases algún tiempo al aire libre para recibir los rayos del sol.